La historia empezó hace mucho, cuando Fabbiani ("El ogro") agarró un micrófono y confesó su fanatismo por River, club donde siempre había soñado jugar.
Su comportamiento no fue el mejor, ni la forma en que se fue de Newell's, ni el desplante a Vélez camino a hacerse la revisación médica; pero de esa forma surgió el idilio. Un amor a primera vista entre miles y él. Primer caso de un tipo que es ídolo antes de debutar, ovacionado antes de tocar la primera pelota.
Fabbiani sabe, sin embargo, que llegó a River para jugar al futbol y por ahora está cumpliendo con creces. Entró cada vez que su equipo estaba complicado en el marcador y en ambos casos sus intervenciones llevaron a los millonarios al triunfo.
El "gordo" entusiasma y contagia al hincha, es uno de esos jugadores por los cuales vale la pena pagar la entrada, que siempre entregará algo distinto, de esos que no abundan por Núñez. Pero no sólo al hincha contagia, también a sus compañeros que, aliviados, saben que le pueden tirar la pelota y que él se banca la presión. Y las patadas.
Las máscaras de Shrek están casi agotadas, y su camiseta, la 23, es la nueva preferida por los hinchas. Lo del ogro, ya es una revolución.
martes, 17 de febrero de 2009
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y q le paso al ogro el domingo? durmio la siesta?
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